El Japón, varios días después del terremoto de magnitud 9 y del tsunami con olas de hasta 10 metros que arrasaron a varias de sus ciudades costeras con un saldo de miles de muertos, está hoy enfrentando una calamidad más: el peligro de un desastre radiactivo.
La emergencia se inició en Fukushima donde se generaron fugas de radioactividad que hasta hoy no pueden controlarse. A ello se suma la emergencia en otras dos centrales: en la planta nuclear de Onagawa y en la de Tokai.
A continuación transcribimos parte de un artículo escrito por Guillermo Giacosa, a propósito de estos acontecimientos.
"Japón, ubicado en la zona más sísmica del planeta, tiene 50 centrales nucleares. El espíritu de los viejos samuráis, el orgullo nacional y vaya a saber qué consideraciones que no toman en cuenta lo que no les conviene, les han hecho creer que su tecnología era invulnerable, incluso, al mal humor de las placas tectónicas. Los resultados aún no están a la vista y, seguramente, la prensa que endiosa a los estadistas de pacotilla, seguirá diciendo que no son tan graves. Pero lo son. No sabemos cuánto y quizá no lo sepamos nunca, porque las consecuencias de la radiación recorren los oscuros laberintos de nuestro organismo hasta acabar con la vida o hasta hacerla tan miserable como para que cada uno quiera acabar con ella. Cuando todo en la superficie vuelva a la calma, los gases radioactivos escapados del reactor nuclear de Fukushima seguirán operando al amparo de su invisibilidad.
La situación es grave. Según Greenpeace en una escala de accidentes nucleares de 7 está en 4( ya en 6). No en vano han evacuado 200,000 personas. La organización citada afirma que el 13 por ciento del total energético a nivel mundial, es nuclear. La propuesta verde es de que baje a 7 por ciento en 2020 y que desaparezca en el 2050. "
La emergencia se inició en Fukushima donde se generaron fugas de radioactividad que hasta hoy no pueden controlarse. A ello se suma la emergencia en otras dos centrales: en la planta nuclear de Onagawa y en la de Tokai.
A continuación transcribimos parte de un artículo escrito por Guillermo Giacosa, a propósito de estos acontecimientos.
"Japón, ubicado en la zona más sísmica del planeta, tiene 50 centrales nucleares. El espíritu de los viejos samuráis, el orgullo nacional y vaya a saber qué consideraciones que no toman en cuenta lo que no les conviene, les han hecho creer que su tecnología era invulnerable, incluso, al mal humor de las placas tectónicas. Los resultados aún no están a la vista y, seguramente, la prensa que endiosa a los estadistas de pacotilla, seguirá diciendo que no son tan graves. Pero lo son. No sabemos cuánto y quizá no lo sepamos nunca, porque las consecuencias de la radiación recorren los oscuros laberintos de nuestro organismo hasta acabar con la vida o hasta hacerla tan miserable como para que cada uno quiera acabar con ella. Cuando todo en la superficie vuelva a la calma, los gases radioactivos escapados del reactor nuclear de Fukushima seguirán operando al amparo de su invisibilidad.
La situación es grave. Según Greenpeace en una escala de accidentes nucleares de 7 está en 4( ya en 6). No en vano han evacuado 200,000 personas. La organización citada afirma que el 13 por ciento del total energético a nivel mundial, es nuclear. La propuesta verde es de que baje a 7 por ciento en 2020 y que desaparezca en el 2050. "
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